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En diversos sectores, sobre todo los relacionados con alguna actividad industrial o agrícola, los empleados están en constante contacto de agentes quimicos en el trabajo. Estos suelen tener un cierto nivel de toxicidad y pueden resultar peligrosos para las personas que tratan con ellos si no toman precauciones.

Por este motivo, en todas las empresas de este tipo hay estrictos protocolos de prevención de riesgos laborales.

Pero ¿cómo afectan al trabajador esas sustancias y qué medidas son necesarias para evitar problemas? En el blog de Semusad te damos todas las respuestas con el objetivo de que tengas toda la información acerca de este tema.

¿Cuáles son esos agentes quimicos peligrosos?

Antes de responder a esa pregunta, conviene que te quede claro de qué tipo de elementos estamos hablando. Un agente químico es cualquier compuesto que mantiene esa característica, ya sea en su estado natural o tras un proceso de producción. Por tanto, cabe incluir aquí los vertidos resultantes de una actividad laboral.

Entre los millones de productos químicos que existen, la mayoría suponen un peligro para nuestra salud. Podemos encontrarlos en simples sustancias -desde el cloro hasta el amianto, pasando por la gasolina- o en disoluciones de varios compuestos. Estos reciben el nombre de preparados.

Ahora bien, ¿cuáles son los agentes químicos peligrosos? Pues todos los que supongan un riesgo para nuestra seguridad y salud. Pero también para el medio ambiente.

Ese peligro se deriva de las propiedades fisicoquímicas o toxicológicas de cada agente, así como de la forma en la que se presente dentro del ámbito laboral. Igualmente, la forma en la que se utilice esa sustancia marcará su grado de peligrosidad. Así lo define el Real Decreto 374/2001, norma de referencia en esta materia.

Hemos de recordarte, por último, que estos elementos se conocen también como productos tóxicos, ya que al entrar en contacto con nuestro organismo pueden producir daños.

Clasificación según estado y efectos de las sustancias quimicas peligrosas en el trabajo

A la hora de su clasificación, hay una primera genérica que diferencia a estos agentes según su estado de presencia en aerosoles, humos, vapores y gases; líquidos y vertidos; polvos y compuestos sólidos.

Por otro lado están los efectos que producen si los trabajadores no toman medidas adecuadas: asfixiantes (como el plomo), irritantes (como el dióxido de nitrógeno), corrosivos (como los ácidos), alérgicos (como el formaldehído), anestésicos (como el etanol), cancerígenos (como el amianto) y neumoconióticos (como el aluminio).

Riesgos químicos para el trabajador

Los trabajadores de sectores concretos como la agricultura, la construcción, la manufactura, el transporte o incluso algunos servicios se ven expuestos a sustancias químicas peligrosas en el trabajo. Diversidad de tareas laborales van acompañadas de la manipulación de diferentes agentes, desde el agricultor que «sulfata» con productos químicos sus cultivos hasta el personal de limpieza de cualquier compañía.

En todos los casos, como los mencionados, siempre hay unos riesgos que van de menor a mayor importancia según la sustancia con la que se trabaje. Así, en este contexto de la peligrosidad entran en juego tres aspectos: la cantidad de ese químico que ha afectado al trabajador, el nivel de toxicidad indicado en la etiqueta del producto y la entrada o no en el organismo. Aquí es donde realmente se comprueba la eficacia de las medidas de prevención de los riesgos laborales.

Tipos de efectos adversos

Las principales partes de nuestro cuerpo que se ven afectadas negativamente por los agentes químicos en el trabajo son los ojos, el aparato respiratorio y la piel de cualquier zona corporal. Pero los efectos adversos pueden manifestarse de distintas maneras. Estos son sus tipos:

– Directos: Sequedad, corrosión, pérdida de color, cloracné (enfermedad de la piel poco comun), cáncer e irritación se incluyen en los efectos que directamente pueden darse en el punto de contacto con la sustancia química.

– Sistémicos: Estos causan problemas a un órgano específico o a todo un sistema una vez que el agente químico ha ingresado en el organismo.

– Sensibilización: Este efecto aparece cuando nos volvemos sensibles a una o varias sustancias después de exponernos a ella o ellas. Causa reacción alérgica normalmente en piel o vías respiratorias.

 Combinados: Aquí se incluyen los efectos múltiples y diferentes que puede causar uno o varios químicos.

Prevención y control

Las labores de prevención de todos esos riesgos químicos y los efectos que causan son imprescindibles en el ámbito laboral. De esta forma, podemos optar por dos medidas preventivas: eliminación de las sustancias químicas innecesarias en el trabajo o sustitución por otras menos nocivas.

En su defecto, la mejor solución es el control adecuado: modificando los procesos, recurriendo a la ventilación local y general, manteniendo una piel sana (no seca) e innovando en las prácticas laborales. Por supuesto, no debemos olvidar que los trabajadores respeten las tareas de limpieza e higiene, así como el uso de equipos de protección.

Con todo eso, el impacto de los agentes químicos en el trabajo queda minimizado y se evitan así sus efectos perjudiciales.