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Los contaminantes en el puesto de trabajo pueden mermar el desempeño del trabajador, además de crearle enfermedades irreversibles, en función al contexto en que se mueva. Por eso, es importante que las empresas proporcionen todas las medidas adecuadas para asegurar el bienestar de sus empleados.

Los contaminantes a los que te puedes exponer en tu entorno laboral

Aunque las normas sanitarias han propiciado espacios más limpios, tras la prohibición de fumar en interiores, aún debemos solventar ciertas exposiciones a agentes contaminantes que se encuentran en nuestro entorno laboral.

Desde un aparato de calefacción en mal estado hasta aerosoles perjudiciales que se usan en la limpieza, podemos ver afectadas nuestras defensas del organismo.

Con los estudios que se han llevado a cabo a raíz de la pandemia de COVID-19 se ha hecho un especial énfasis en algunos productos de limpieza, que sueles usar habitualmente en tu hogar. Así, la legía o el cloro, orientados a sanear superficies, en contacto con nuestra piel o con las distintas áreas de nuestro cuerpo, pueden afectar seriamente nuestra salud, al bajar la efectividad de los glóbulos blancos.

Las nuevas tecnologías nos han traído también nuevos contaminantes, como las fuentes electromagnéticas, que llegan a afectar no solo los procesos neuronales, sino que pueden alterar nuestra presión sanguínea, aumentándonos el estrés o la ansiedad. Esto último se hace posible al afectar directamente sobre el descanso, durante las horas del sueño.

Si a los contaminantes que puedes encontrarte en tu entorno laboral le sumas los que hallas en los traslados diarios al mismo, creados por el monóxido de carbono de vehículos, tu deterioro se hace más evidente. Te expones al riesgo de sufrir enfermedades respiratorias, condicionadas también por los cambios de clima.

Consecuencias de los contaminantes en el trabajador

Ante una baja calidad del aire en el trabajo, estás expuesto a diferentes enfermedades que repercuten en tu sistema cardiovascular, además del respiratorio. Con esto, es normal que sientas un aumento del dolor de cabeza, fatiga e, incluso, estrés, que termina mermando la productividad.

Si estás bajo la exposición de fuertes ruidos, originados por maquinaria, tráfico, etc., pueden llegar a producirte una situación de ansiedad que llegue a afectarte hasta fuera del entorno laboral. La contaminación acústica prolongada repercute en el descanso, manifestándose a través de varias patologías en el individuo. La depresión por el estrés es una de las afectaciones más sufridas por trabajadores en los distintos ámbitos laborales.

Es significativo el número de casos de alergias, que cada año aumenta en la población. Muchos científicos señalan como responsables de ellos a los productos de limpieza. A estos hay que sumarles los materiales sintéticos que nos rodean que, junto a la carga electroestática producida por los aparatos eléctricos, atraen motas de polvo que repercuten en nuestra salud.

El efecto de los campos magnéticos en tu organismo

Son muchos los aparatos eléctricos que nos rodean. Esos mismos producen un campo magnético con consecuencias sobre tu organismo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido, precisamente, de los efectos de estos, cuando superan los 300 nanoteslas (nT).

La OMS señala que la exposición a un campo magnético elevado aumenta los riesgos de padecer cáncer. También pueden derivarse desajustes en los niveles hormonales, hasta ahora poco especificados, aunque altamente peligrosos. La recomendación al trabajador es que permanezca alejado lo máximo posible de las fuentes magnéticas principales.

Otro riesgo son las ondas electromagnéticas, propias del WiFi, bluetooth, etc. Desde problemas de concentración, hasta estrés o fatiga, son algunas de las consecuencias de estar expuesto de forma continuada a estas ondas. Es verdad que las mismas nos facilitan la manera de trabajar y, a día de hoy, parecen indispensables. Por ello, es imprescindible que intentemos evitarlas durante los momentos de descanso. Ya que tenemos que exponernos a ellas en el entorno laboral, reduzcamos su exposición en el hogar.

La prevención necesaria

Los métodos de prevención son necesarios para proteger la salud de los trabajadores. De esta forma, con una revisión constante a los aparatos de extracción y ventilación se conseguirá una calidad del aire óptima.

Si en la producción se emplean contaminantes, es preciso mantener aisladas estas áreas. Los trabajadores de las mismas deberán portar un equipo protector adecuado, que les impida el contacto directo.

Por otro lado, los métodos húmedos de limpieza son muy útiles para evitar la acumulación de polvo en las zonas de trabajo, así como seleccionar productos ecológicos, como el vinagre, alcohol, etc.

Un mantenimiento periódico de la maquinaria garantiza el buen funcionamiento de esta, así como la disminución de contaminantes, tales como monóxido de carbono, etc.

Llevar un adecuado control de los contaminantes en el puesto de trabajo ayuda a que el personal pueda rendir mejor en el entorno laboral, aunque lo más importante es preservar la salud de las personas, dados los índices de peligrosidad que indica la OMS.