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A la hora de estudiar las muertes por cáncer en el trabajo, es importante poner en contexto que el cáncer es la segunda causa de muertes en los países desarrollados, según datos de la Organización Mundial de la Salud y la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer. Las estimaciones cifran en torno a 8 millones de fallecimientos cada año en relación con el cáncer. De estos 8 millones, un 19% estarían relacionados con el entorno laboral de la persona.

Tomando como referencia la estrategia de la Comisión Europea, las instituciones españolas incluyen desde hace unos años el objetivo de profundizar en la relación entre trabajo y cáncer. Algunos de los objetivos serían identificar qué tipo de cáncer, qué tipo de causas, qué sectores, entre otras cuestiones. En este artículo te vamos a hablar de algunos de los datos que han dejado los correspondientes estudios al respecto.

Para ello, se han utilizado datos registrados entre 2001 y 2011, basándose en información disponible de trabajadores censados.

¿Cómo medir los efectos del cáncer en el mundo del trabajo?

Afortunadamente, tenemos datos fiables que hacen referencia a los efectos del cáncer en según qué franjas poblacionales. Algunos de estos datos son extrapolables a los efectos del cáncer sobre los trabajadores. Se calcula que entre los 30 y los 35 años, existe una mínima probabilidad de desarrollar cáncer, especificada en un 20 %.

Sin embargo, cuando pasamos a la franja 60-64 años, el porcentaje aumenta hasta el 15,7 %. Por tanto, se observa un vector importante, la edad, a la hora de medir el cáncer. Este fenómeno podemos observarlo desde dos perspectivas: la primera es la que se enfoca en prevenir el cáncer que puede ser atribuido al entorno laboral; la segunda posibilidad es analizar cómo se reincorporan al trabajo las personas que han desarrollado cáncer.

En este caso, vamos a centrarnos en los efectos más devastadores, es decir, aquellas situaciones en las que el cáncer es letal. Según datos de instituciones de la Comisión Europea, el cáncer laboral representa un 53 % de las muertes totales por exposiciones a riesgos.

Además, hay que tener en cuenta que algunos de los principales factores del cáncer se suelen relegar al ámbito personal. Hablamos de dieta, tipo de empleo y consumo de tabaco.

A la hora de hacer un reparto por tipologías, vemos como hay ciertos cánceres en los que la exposición en el trabajo tiene efectos más evidentes. Hablamos de mesoteliloma, cáncer sinusal, cáncer de pulmón, cáncer de nasofaringe, cáncer de vejiga y cáncer de piel.

También hay otros factores que afectan a la incidencia del cáncer. Nos referimos a categorías sociales, lo que está íntimamente relacionado con las categorías profesionales. Cómo te mencionaremos más adelante, aquellas personas que están expuestas a padecer un cáncer en su trabajo, reciben ciertos ingresos. Por tanto, las personas que se encuentran en determinada franja de ingresos son más propensas a trabajar desempeñando el tipo de tareas en las que la exposición al cáncer es mayor.

Tipos de cáncer más frecuentes

En este informe hay diferentes tipos de patologías que resultan ser mortales. Sin embargo, predominan el cáncer de hígado, fosas nasales, senos paranasales, laringe, pulmón, piel, mesotelioma, próstata, vejiga y linfomas.

Entornos relacionados con el cáncer en los trabajadores

A la hora de medir los efectos según el tipo de profesión, tenemos que entender que hay diferentes tipos de riesgos en el entorno de trabajo. Estos pueden ser físicos, químicos o biológicos. Dentro de los diferentes ramos profesionales, cada empleado tiene también una serie de riesgos vinculados con su estilo de vida. Por tanto, el consumo de alcohol, de tabaco, una dieta inadecuada o la actividad física pueden modificar las probabilidades de padecer cáncer de un profesional más o menos expuesto a esta patología.

Según la categoría laboral de la persona, también podemos extraer otro tipo de conclusiones más profundas, como los efectos del cáncer en según qué zonas o en según qué niveles de estudio, por ejemplo.

Entre los distintos causantes del cáncer encontramos unas 44 exposiciones que tienen un origen laboral y que suelen ser carcinogénicas. Estas 44 exposiciones se dividen en 32 agentes y 12 procedimientos industriales u ocupaciones concretas.

Entre los más nocivos están la emisión de motores, el asbesto, el sílice, la radiación solar o la exposición como fumador pasivo al tabaco. Existen exposiciones que podríamos denominar como naturales, ya que están producidas por elementos que se encuentran en la naturaleza, como el sol. Sin embargo, hay otros cánceres que surgen a partir de la exposición a elementos de carácter elaborado o artificial. Algunos ejemplos de estos son:

  • El benceno o el cloruro de vinilo.
  • La producción de aluminio que afecta especialmente a los cánceres de pulmón y vejiga.
  • La producción de auramina que incide en la vejiga, al igual que la producción de magenta o de pintura.
  • La minería de hematita, la producción de coque, la fundición de acero y hierro, el trato con carbón y la manufactura de vidrios y cristales son algunos de los principales causantes del cáncer de pulmón.

Existen otras patologías específicas como la destilación de carbón que afecta a la piel, o la manufactura de goma que causa cáncer de pulmón, de estómago y leucemia. Las peluquerías y las sustancias que se emplean en ella pueden provocar también cáncer de vejiga y de pulmón. En el caso de la fabricación de alcohol de tipo isopropílico, la cavidad nasal puede verse afectada y desarrollar cáncer.

En resumen, en este estudio ha quedado claro que se trata principalmente de profesionales de carácter manual las que están más expuestas al cáncer. Se trata de sectores vinculados con la industria y las manufacturas en las que los trabajadores entran en contacto con complejas sustancias químicas, físicas y biológicas. Esto hace que repercuta especialmente el cáncer en personas que desempeñan trabajos más automáticos y de menos formación.

Para poder prevenir las muertes por cancer en el trabajo, es importante conocer cuáles son los puntos de proliferación del cáncer en el trabajo y establecer protocolos que funcionen para minimizar los posibles riesgos. Sin duda, esto supondría todo un adelanto para nuestra salud.