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Las temperaturas peligrosamente elevadas y la amenaza del cambio climático nos hace esperar que cada vez los veranos sean más calurosos en nuestro país.

El golpe de calor no tiene nada que ver ni con los «sofocos» ni con el «bochorno» propio del verano; es un trastorno que se caracteriza por el fallo de la función de varios órganos internos debido al aumento excesivo de la temperatura dentro del cuerpo.

La temperatura ideal en nuestro organismo debe rondar los 37 grados centígrados y si sobrepasa los 40 grados y el cuerpo es incapaz de eliminar el exceso de calor, nuestro sistema nervioso comienza a alterarse.

En caso de golpe de calor, traslada a la persona afectada a un lugar a la sombra. Colócala en posición tumbada con la espalda recta y las piernas levantadas, para favorecer la circulación de la sangre.

Humedécele el rostro con una esponja o paño húmedo, pero no le des de beber si se encuentra inconsciente porque podrías ahogarla. Si su temperatura no desciende, presenta pulsó débil y palidez o sabes que sufre de enfermedades cardíacas, acude inmediatamente al médico.

En Semusad Nuestro compromiso es avanzar en el terreno de la prevención.